Vecinos de varios barrios porteños participaron hoy de una actividad conjunta en una plaza de Villa Ortúzar «por la defensa del patrimonio» de la ciudad de Buenos Aires y en protesta de la ola de demoliciones de casas antiguas con valor arquitectónico.
Con la consigna «¿En qué ciudad queremos vivir?», la reunión se desarrolló en la plaza Malaver, sobre la calle Heredia al 300, donde desplegaron una intervención artística mediante la técnica del video mapping, a través de la cual proyectaron imágenes e ilustraciones de las construcciones que fueron demolidas en distintas zonas porteñas.
La reunión interbarrial fue convocada por la arquitecta Natalia Karbabian, quien lleva adelante la cuenta en redes sociales «Ilustro para no olvidar» en la que retrata casas antiguas de la Ciudad de Buenos Aires que ya no están en pie, junto al cantante y actor Antonio Birabent.
«La Ciudad es nuestra casa grande y necesitamos cuidarla», dijo Karbabian y agradeció a los presentes por «la perseverancia y la participación para mantener nuestra identidad en los tiempos».
María Angélica Di Giácomo, de la organización Basta de Mutilar nuestros Árboles, aseguró que «la destrucción del patrimonio histórico, cultural y arbóreo hace que nos quedemos sin memoria y sin recuerdos».
El arquitecto dedicado a la conservación de patrimonio Marcelo Magadán, por su parte, atribuyó la situación al cambio del Código Urbanístico, en 2018, que «hizo disparar» las demoliciones en el ámbito porteño y remarcó que «fueron los funcionarios públicos los que llevaron la destrucción a las esquinas de cada barrio».
El encuentro, al que asistieron vecinos de barrios como Villa Devoto, Ortúzar, San Telmo, Villa del Parque, Chacarita, Colegiales y Palermo, se realizó en la plaza Malaver, donde el año pasado fue demolida una vieja casona.
El proyecto inmobiliario impulsado por una constructora privada contemplaba la construcción de un edificio de siete pisos, no obstante fue frenado por la presión del grupo vecinal que se opuso a la pérdida de espacio verde.
Además, desde los distintos colectivos barriales elaboraron proyectos legislativos que buscan limitar las nuevas construcciones en altura en parcelas en las que había casas bajas.
Según argumentan, este proceso que implica las demoliciones de viviendas para dejar espacio a edificios comenzó a partir de la sanción de un nuevo código que amplió los topes de altura establecidos en toda la Ciudad de Buenos Aires.