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Yo… argentino 

Los datos que arroja el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) miden la pobreza en Argentina, tiene una submedición que estima la actividad económica mensual llamado por su sigla EMAE y muestra la evolución del PBI.

Que realicen una medición tendenciosa o al menos atrasada está fuera de discusión ya que no valora de igual manera por ejemplo los aumentos en transporte que los de comida, a todos los datos le da una jerarquización tal como se vivía hace 20 años cuando hoy la realidad es muy distinta.

No es ese el eje de esta editorial, sino que, a modo solamente ilustrativo el ejemplo será sobre los datos de agosto del 2024, por dos motivos: primero porque no tiene una actualización constante y segundo porque lo importante en este caso no son los números sino su lógica que se sigue repitiendo.

En el mes ocho del año pasado, la distribución de la población en estratos sociales era la siguiente: 53% clase baja, 42% clase media, 5% clase alta. 

Previo a la década del ´90 con otro tipo de medición la clase media llegaba al 75%. Si bien parecería que se derrumbó desde ese momento, no se puede dejar de mencionar que según el Banco Mundial nuestro país duplicó en 10 años la cantidad de personas de clase media en el 2012. Es decir que de 1990 al 2002 los sucesivos gobiernos destrozaron la clase media.

Da la casualidad que nueve de esos doce años gobernó el mejor Gobierno de la historia para este Presidente, con dirigentes que volvieron al gabinete actual, y otros como Sturzenegger y Bullrich que también formaron parte de ese derrumbe en el 2001.

Milei tiene razón cuando dice que no se puede hacer cosas distintas con los mismos de siempre… ¿Cuántas chances hay de que llegue a buen término lo que hace? Como le dijo la que gobernó la mitad del tiempo cuando duplicamos la clase media (la otra mitad se la reparten entre su esposo, y un año de Duhalde), “diste vuelta el reloj de arena”. Se entiende que Cristina indica que le queda menos de la mitad a este Presidente que aún no llegó a medio término.

La clase media es sin lugar a dudas la más ajustada y la que en buena parte paga el ajuste del gobierno, los que proporcionan muchos de los dólares que necesita el Ejecutivo para que la divisa no aumente. La clase baja siente el impacto ante el recorte del Estado en áreas sensibles como la salud pública, por ejemplo. El Gobierno puede decir que no son los más perjudicados por los aumentos en las asignaciones, eso es reducir al poder adquisitivo todo este índice. Un craso error, de hecho hay clases medieron hereditarios, que creen serlo por ser hijos de familias en ese rango, que incluso gane más que padres pero tenga menos bienes.

Es una distorsión esa, personas que viajan a Egipto donde ni soñaron estar sus progenitores, pero sólo le alcanza para alquilar un monoambiente si se van de su casa familiar.

Es un cambio generacional, lo que a futuro marca que cada vez la situación estará peor y queda cada vez más lejos el sueño de la casa propia.

Se entremezcla lo económico con lo cultural donde ahora lo más importante es tener plata. A la clases bajas la estigmatizan con que cada vez son más ignorantes, quizá sea cierto, es que no escapan a lo que ocurre en todos los sectores sociales. Las clases altas hace décadas mostraban su situación económica diciendo que participaron de tal o cual taller con un pintor, filósofo en Europa, o cosas por el estilo. Hoy por el reloj que usan. No es que antes no usaran sino que no era lo que más alardeaban. La clase alta también se volvió mucho más básica e ignorante.

El nivel político por consiguiente también es bajo, en lo discursivo y en lo ideológico.

Los argentinos como víctimas y victimarios de esto. La solución es… pienselo usted. Acá sólo informamos.

Yo… argentino.