Argentina

Extraño país… y peculiar gente,
la de esta argentina rota hasta en los huesos.
Exhalando bocanadas pestilentes
de odio, de miedo, corrupción y mentiras,
y a la vez tragándose la vida con ansia,
apasionada, intensa, vorazmente.

Me es tan mía… que no puedo
pensarme sin ella. Siendo parte suya,
a la vez me atrapa, expulsa y me condena;
me excluye y destierra a los márgenes mismos de su historia;
y a la vez me reclama indolente un patriotismo… ¿inexistente?.
Allá, en la Europa de postguerra, y aquí en los setenta y ahora,
los muertos de paseo nocturno y de cunetas, los treinta mil,
Nahuel y Maldonado; los chicos del paco y de las villas,
también conforman nuestra historia, esa de la que no se habla.

Eladia dibujó con su voz nuestro perfil nostálgico y sombrío.
Cadícamo, Lepera nuestra indosincrasia prosaron;
¡¡ ay la “argentina desaparecida de Charly”!!,
el grito de dolor de Fito por Malvinas;
la interpretación galleguil del loco de Sabina,
como entenderte Buenos Aires, vodevil y chupaderos,
tierra argenta de patriotas, genocidas, soñadores estudiantes, valientes obreros, milongueros, chetos y traidores.

Santa María de los Buenos Aires….
que te eriges capital de tan vasto y olvidado territorio,
comiéndote prepotente las raíces indias de tu historia.
Y todo por ser puerto, llegada de extranjeros y partida de tus hijos.
Esos mismos que hoy somos en tantas lejanas tierras
que también expulsan, encarcelan, humillan y matan, indolentes.
Renegando, ellos mismos, su memoria de parias de otros tiempos; hoy verdugos apáticos de cruel indiferencia, ante el miedo,
ante las pateras del horror, vergüenza y miedo.

Argentina….
mientras el interior de tu cuerpo transpira colores tan distintos,
pieles de pobreza, hambres e injusticias de siglos,
…etnias valerosas, estirpes maloneras; nobles guerreros.
Interminables llanuras de horizontes térreos donde la vista acaba;
costas, pampas, cordilleras. Montes destruidos, almas devastadas.
Y tu ancho rio dulce… Buenos Aires, pero de aguas sucias
de barro, pobreza, suciedad y mezquindades.
Nos ahogas en la rabia, la impotencia y la tristeza; venganza traicionera, malas artes y chantadas,
y en los votos contra todo; del espanto, que José Luis dijera.

Corruptos representantes …de un pueblo mudo, inexistente
al que mienten, engañan, asesinan en nombre de su democracia;
pero vos… no los votaste, apolítico te decís, indiferente. No entonaste sus marchitas, no llenaste las plazas del pais con tus gritos de ¡¡Argentina!!; somos derechos y humanos.
Aunque te indignes, rebeles y violentes cuando roban tus ahorritos:
”¡¡ que se vayan todos, si !!” porque a ti te estafan; los otros…
que se jodan; no son dignos, sus méritos no alcanzan.

Terratenientes socios de milicos asesinos, ayer y hoy;
disfrazados de pobres campesinos gritan patria, y libertad;
igual a los peones a los que hambrean y amenazan,
piquetean las rutas, se apropian de las plazas
y quieren convencernos de su puta lealtad a la bandera.

Esos que pagan mercenarios con nombre de punteros,
que reprimen obreros, llamándolos zurdos, anarquistas.
Que sueltan bombas sobre el pueblo, y negocian latrocinios,
venden niños, masacran estudiantes y se llevan las divisas,
eso sí, con bendiciones y con misas en iglesias cómplices, vendidas.
Que masacraron “malones de brutos argentinos”
diferentes por ser indios o mestizos,
o simplemente gringos de foránea ideología.

Tierra pampa….;
lupanares del tango arrabalero,
villas del hambre, del rencor, del miedo,
de territorios vendidos al oro extranjero.
Querida tierra tan vasta como impropia
aunque la creamos nuestra… porque en ella,
en ella están enterrados nuestros muertos,
los que dejaron su piel, sus sueños y sus patrias
respondiendo al llamado “a los hombres de buena voluntad
que quieran habitar este bendito suelo”.

¡Queridos compañeros de esos sueños!
quimera de patria socialista, de igualdad,
de digna vida y del honroso sustento.
De Walsh, de Mujica, del Roby y los cientos
De aquellos que nunca supe su nombre,
O los olvidé por miedo, por seguridad; por inmemorial acaso.

Y los otros, los Rocas, y los Mitres. Pérez Compac y los Magnetto
Algunos ”ilustres cadáveres de funestas gestas”, otros miserables
ladronzuelos. Aquellos asesinos de cruel limpieza india; estos
empresarios colonizadores, y sus lacayos milicos
que levantaron en huesos los cimientos de su fastuoso patrimonio,
de los hoy grandes estancieros sojeros, ganaderos, desertizadores
en sus cruzadas de civilización contra el distinto.

Islas australes del herido orgullo argento,
reivindicadas con… no sé que argumento,
tumbas hoy de pibes del lamento, de casuchas de chapa,
de… “los negros”. Mientras aplaudíamos a bizarros genocidas,
en la plaza del dolor, pesar y espanto.
Ese espanto, que en palabras de Borges, nos une y nos define.

Argentinos…..somos todos…,
el obrero, el productor, el cosechero;
el obispo castrense que bendice los secuestros
el torturador que se emociona con la letra del himno
mientras juega con los hijos “rescatados”
del desaparecido estudiante, del obrero comunista.

Mi querida patria de “nobles igualdades”,
dignidades de pampas subrogadas,
pechos reluciendo la albiceleste escarapela
y mundiales del horror coreando a los campeones.
¿Romperemos, como dice nuestro himno, finalmente las cadenas?
que nos atan al carro triunfal de los mercados; estas
a la cultura servil de sus valores rendidos por monedas. Sus sirvientes, también esclavos del dinero,
aunque dueños del mundo, de los vencedores de la tierra,
de los poderosos del planeta?, que nos dejaron este mundo
de servidumbre voluntaria, del que tanto nos cuesta desprendernos….

Que así sea…..

Carlos Nieto
Oga Cultura y transformación