EL PARAGUAS ROTO

El 71% de los consultados afirmaban que los sindicatos eran uno de los mayores problemas del país en mayo del 2023. Según el análisis realizado por “Sentimientos públicos” ese número bajó ante esa afirmación en febrero del 2024 al 61%, y ahora en noviembre sólo el 48% de los consultados cree que los sindicatos sean uno de los mayores problemas que tiene nuestro país.

¿Tan bien hicieron las cosas los gremios para bajar 23 puntos su desaprobación en un puñado de meses?

Pareciera que no, y que el motivo está por fuera de las propias entidades sindicales.

Si nos paramos en mayo del año pasado, donde comienza este análisis, teníamos un gobierno que decía ser cercano a los gremios y era un fracaso absoluto, con lo cual arrastraba todo lo que tenga simpatía con el PJ.

Sumado a eso, Alberto amagaba con seguir o en realidad no confirmaba algo que era una obviedad y era que no iba a ir por la reelección.

Una gran cantidad de trabajadores registrados eran pobres. Muchos gremios tenían afiliados pobres y el trabajador veía que firmaban convenios que no le eran favorables cuando para colmo sostenían tener cercanía al gobierno. Del otro lado, el candidato fuerte parecía Larreta, o dos personas que decían terminar con el sindicalismo. De manera más solapada Patricia Bullrich, y Javier Milei sin tapujos decía ir contra la casta gremial.

El segundo momento de la encuesta es cuando Javier Milei ya había asumido, devaluado y desregulado muchísimas actividades y se nota una merma en la imagen negativa de los gremios, seguramente porque los trabajadores comenzaban a consultar más a sus dirigentes sindicales por su futuro laboral.

Y el último mes, el actual, da una caída total del 23% en un año la imagen negativa. 

Cuando el Gobierno continuó todo el año con el ajuste que incluye no sólo la licuación del salario sino los despidos. Es decir, una explicación a esto no es un crecimiento en el protagonismo de la CGT sino el peligro ante la inminente falta de trabajo. Cuando el agua de la precipitación llegó a la cabeza, el único paraguas que se encontró fue el sindicato.

A todo esto el número de la reprobación continúa siendo alto y habla también de las distintas formas de trabajo que no engloban el registrado. La informalidad creciente, y los despidos a la orden del día son el espejo en el que refractan los números generosos de la economía argentina en dónde propio y pseudo propios ensalzan cada día. Los pseudo propios son los que ideológicamente están en contra de Milei pero le reconocen como válidos que baje el riesgo país, a pesar de que baje el consumo de carne. 

Los paraguas cada vez resisten menos, y la lluvia avanza.