Si hacemos silencio… podemos escuchar como se quiebra algún espacio político. Hay cada vez más internas dentro los partidos. Algunas más viejas como Axel y Máximo, otras más recientes como Milei y Villarruel, y otras urgentes como la de Cristina y Mayans.
Cuando parece que se están matando se reproducen es lo que dice el viejo refrán peronista, sin embargo, esto no sucede en la actualidad. Donde los únicos que se reproducen con las peleas son los representantes de la derecha. Fruto de esto tenemos el principio de acuerdo entre Milei y Macri.
Alguna de forma como la de Axel y Máximo donde la disputa radica en las legislativas bonaerenses y el armado de listas. Kicillof no tiene forma de renovar y no hay aparente heredero del espacio, ante esa falta intenta mechar un nombre de La Cámpora, el hijo de los ex Presidentes, pero está todo muy verde. De hecho los municipios que controlan están complicados para retener el poder. Si no puede hacer pie, ¿Va a incluir nombres en las listas a legisladores? Por primera vez, la tercera sección electoral fue sin candidatos de La Matanza a senadores el año pasado, hay una molestia ahí porque fruto de negarle la participación al bastión peronista matancero fue negociar la inclusión de Magario como vice en la Provincia. Como Axel no renueva y La Matanza no va a tener senadores cuando finalice el mandato (se renuevan cada 6 años) ¿Qué va a pasar con ese distrito? Hay municipios que sobreviven sólo gracias a tener legisladores provinciales. La discusión es por la caja.
Hay internas de fondo como la de Milei y Villarruel que tiene que ver con el poder real detrás del poder político. El twitter Gordo Dan dice que pone Presidentes, lo cual es mentira, el que puso la peluca se llama Eduardo Eurnekian y no Daniel Parisini. Y detrás de Villarruel están los genocidas. Esta semana la vice tuvo un acto para reivindicar los fallecidos fruto de crímenes realizados por guerrilleros, y sucede algo curioso con esto porque pone el punto sobre la libertad de los montoneros. Cuando precisamente gracias a las políticas iniciadas con el Punto Final, Menem indultó a todos. Montoneros y genocidas.
Es decir, Villarruel criticó una política que comenzó el ídolo de Milei. La vice no discute con los 70´ sino con el kirchnerismo que es el que dijo que los delitos de Lesa Humanidad no prescriben.
Eso da lugar a la última interna que mencioné, la que es de forma y de fondo. Mayans da una nota donde decía que Milei tenía que someterse a exámenes psiquiátricos y luego que Villarruel estaba más cercana a un peronismo que a Milei.
Cristina recogió el guante y dijo que los exámenes psiquiátricos hay que hacerlos a quienes piensen que Villarruel es cercana al peronismo. Y Mayans cerró diciendo que hay que hacerlo sobre quienes pusieron a Alberto Fernández al frente del PJ. No dijo a la Presidencia, que era un tiro por elevación a Cristina, sino al PJ, que fue propuesto por los gobernadores.
La discusión pasa por el rumbo del país. Desde el sector de Mayans creen que levantando la figura de la Vice le entra la bala a Milei, y hasta se arriesgaron a pensar que la disyuntiva pasa por querer concluir el mandato del Presidente, o no.
En esto, la Ex Presidenta siempre fue tajante. Tiene un respeto irrestricto por el orden institucional, algo que sus contrincantes no creen y sus votantes no quieren. No hay ganancia alguna.
Excepto que exista alguna negociación. En las últimas horas trascendió que Santiago Caputo se reunió con dirigentes kirchneristas para ofrecerle que si votan favorablemente la designación del juez Lijo van a trabajar para ampliar la Corte Suprema. Que quien vayan a nombrar para completar el número o va a ser alguien ligado al kirchnerismo, o bien, un jurista independiente y entrado en años que llegue con la promesa de retirarse cuando el gobierno culmine (una especie de Zaffaroni) y el próximo mandatario pueda proponer un nombre para reemplazarlo.
Déjame terminar y el gobierno que viene te toca a vos pareciera ser. Nadie lo va a reconocer pero es el gran dilema detrás del intercambio entre Mayans y Cristina.
Suponiendo que el próximo mandato “le tocaría” a un peronista, ¿Vale la pena? Si el gobierno de Macri hubiese terminado en el 2017, existirían los golpistas, el club del helicóptero y la mar en coche, pero la gente viviría mejor.
La institucionalidad puede esperar cuando el pueblo es ajustado. La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo. No hace falta esperar a que haya tierra arrasada como pasó con Mauricio, para volver.
Esto se da a las vísperas del comienzo de un septiembre que augura una devaluación para los primeros días, aumentos de todo tipo, particularmente en el transporte. Nada más lejano a las internas que mencioné recién.
Si hacemos silencio… podemos escuchar el golpe de la clase trabajadora cayendo.