“Los argentinos tienen un enano fascista adentro”, fue la frase que acuñó la periodista italiana Oriana Fallaci en los últimos años de la dictadura. Aunque en la entrevista que le realizó Bernardo Neustadt nunca pronunció esa frase. Cierta o no, esa afirmación forma parte de la cultura popular.
Se ve que a aquel enano fascista se le dio Nestum y creció tanto como para poder asistir al cuarto oscuro y meter en el sobre la boleta de su candidato. Obviamente el pueblo se resiste a hablar de su existencia en público, y es progresista desde lo dialéctico.
Como sociedad fingimos demencia y llegamos a escuchar al vecino hablar en el 2015 de las bondades de tener a alguien como el uruguayo Mujica en la presidencia, a sabiendas de que había votado a Macri.
Quizás sea porque los medios inocularon debajo de la piel la idea de que la libertad es de derecha. ¿Y quién no quiere ser libre? ¿O fue el cine? Puede ser aquel que nunca viajó pero le contaron que afuera están mejor que acá.
Mientras los medios informaban que era difícil gobernar sin ser peronista, otra forma de verlo es que siempre el peronismo tuvo que hacerse cargo de los desastrosos gobiernos que lo antecedieron.
Porque una gran parte del pueblo, que ya no es peronista, sólo vota al partido que fundó el general cuando se le están quemando las papas.
Cuando las cosas andan bien votan a los que creen buenos y los buenos para ellos no son peronistas. Hay mística, hay alegría, hay efervescencia en el movimiento más grande de occidente pero también seamos honestos porque sería una verdad a medias pensar que la derecha se arroba la libertad, los radicales son los republicanos y democratas, y nosotros somos los que damos la felicidad al pueblo. Es romántico pero es una verdad a medias.
Los otros no dan nada de lo que dicen, y el peronismo no se forma con los buenos sino con los mejores.
Hay que levantar la vara, porque sino cualquier fantoche en un yate te tira por tierra el trabajo realizado. Che, ¿este es el que le da felicidad al pueblo? Y te lo tenes que comer… si dejamos entrar a cualquiera.
Uno puede decir, “está todo bien, ni te digo que fue una operación, nada, es como vos decis. Pero me vas a comparar un funcionario de segunda con un bolso, con un gobierno que envía un satélite al cielo?”
Actos de gobierno, algo tangible, así es más fácil. Dejemos lo abstracto, la felicidad, etc, para hablar en unidades básicas, no para buscar el voto. Está comprobado que no se convence a nadie de esa forma.
El problema es cuando tenés poco que anunciar.
Como contraposición de que el Argentino es progre es su discurso y derechoso en su voto está que en su inconsciente más profundo deteste al peronismo y sólo lo vote cuando le llegue el agua al cuello. No al revés como se creyó por décadas, la frase el pueblo nunca se equivoca es cierta. Cuando está en una posición cómoda prefiere la derecha.
Alfonsín tuvo un desempeño paupérrimo. En 1985 se dio algo inédito en la historia democrática, una misma fuerza política se impuso en los 3 distritos con más electores (Buenos Aires, Córdoba y Mendoza), en la capital federal, y a nivel global en todo el país. Es decir, el radicalismo oponiéndose a los sindicatos, al peronismo y a todo aquello que tiempo más tarde dijo que lo volteo supo sumar más poder.
De ahí fue todo cuesta abajo. Háganse cargo que no fue el peronismo. En ese año, lo designa a Juan Vital Sourrouille como Ministro de Economía. Hola FMI. En 1986, como se podía inundar Guaminí abrió las compuertas y mató a un pueblo. Sepultó a Epecuén bajó el agua. En 1987, Ley de Obediencia Debida.
Lo que es la impunidad.
En 1987, con una soberbia enorme perdió la provincia de Buenos Aires en manos de Cafiero y Macaya. Bueno, dos más dos era cuatro. Tenés que estar muy disociado de la realidad para creer que es ajeno a tu mal desempeño que no termines el gobierno.
Decía que fue inédito que una misma fuerza política se impusiera en esos 5 puntos electorales. Sin embargo fue la primera pero no la última. Sucedió nuevamente en el 2017. ¿Y qué hizo Macri? Bueno, ya que lo votaban con tarifazos quiso ir por las reformas jubilatorias, trajo el FMI. Son de manual. La gente le dio un cheque en blanco, se envalentona y terminan mal echándole la culpa al peronismo.
Y ese mensaje penetra en grandísima parte de la sociedad. Entonces vuelve el peronismo con Menem cuando Alfonsín incendia el país. Cuando se puede votar el pueblo elige a De la Rúa. Lo prende fuego, aparece Duhalde y la gente vota en primer lugar (luego se bajó del ballotage) a Menem y segundo a Néstor (no por ser Kirchner sino porque era el elegido del cabezón). El pueblo elige al peronismo sólo con la soga al cuello. Cristina se va bien y eligen a Macri, que choca la calesita y entonces vuelve el peronismo (no importa si al final resultó socialdemócrata, etc. el groso del pueblo solamente lo eligió a Alberto por ser el candidato del peronismo).
¿Y ahora?
Estamos mal pero el enano fascista, ya adulto, no ve por ningún lado la bati perón señal porque gobierna Alberto.
Si las cosas estuvieran bien la ganadora era Bullrich sin pensarlo. No Massa que va por el peronismo. Las cosas no andas bien, entonces es la hora del peronismo pero da que justo gobierna Alberto. Bueno, y todavía algunos dicen no puedo creer que la gente este tan mal para votar a Milei.
No, la gente no está mal sólo es de derecha. El que está mal es Milei porque puede que los políticos se merecen perder contra él pero yo no. Mi familia no, Argentina no.
Tendremos cuatro años para pedir que se escause un mal gobierno, una deuda heredada, paliar una sequía. Pero sólo lo podemos hacer si tenemos país.
Ojo, ser descriptivo no es ser neutro y peor que un mal gobierno es no tenerlo. Peor que una moneda que se devalúa es no tenerla, y está muy claro que peor que un tigre es un león.