Víctor Pintos es Productor multimedia, locutor y periodista, además se define asimismo como “escuchador de discos”. Hoy nos relata la vida corta y brava, pero insigne de Tanguito, quien fue un ícono del rock argentino cuando se cumplen 50 años de la muerte de José Alberto Iglesias (Tanguito).
¿Qué legado le deja Tanguito a la música nacional?
En realidad el dato de que Tanguito se convierte en un fenómeno de masas, a partir de la película “Tango feroz”, es asentado ya en la realidad. Si hoy por hoy hablamos de Tanguito cerramos los ojos y vemos un rockero con la cara de Vilás, que se enamora de Cecilia y que antes de salir del neuropsiquiátrico es amigo de Imanol Arias…
Creo que el hijo de Moris, participa en la película y fue el mismo Moris que dijo que había una falsedad de la realidad en el film “Tango feroz” ¿Es así?
Claro, en principio cualquier película que recrea la historia de Morrison, o de John Lennon, Freddie Mercury. Ahí tenés, la última actuación que hace Queen fue en el 85-86 y Mercury murió en el ’91. Pasó mucho tiempo, pero la síntesis que a veces se busca cuando se hace una obra para las masas, te lleva a que no cuenten la historia tal cual fue, se supone.
Las películas hacen una síntesis adecuada al relato al cual te expones como espectador durante una hora y pico desde la butaca del cine. Por otro lado, diría a favor de la película, que avisó en todo momento que era una recreación de la leyenda, y en todo caso también tuvo una pata documental seria e histórica concreta en un libro del cual me puedo hacer responsable, que por otro lado no cuenta ninguna historia dándola por verdadera, sino que le abre la posibilidad de expresarse a cada uno de los que fueron protagonistas de esa historia.
Por otro lado debería decirte, para aquella gente que sostiene que la película debía haber contado un poco más la realidad, creo que ninguna película se hubiese bancado que se contara la historia tal cual fue. Porque es muy brava la historia y la gente se hubiese parado de la butaca y se iba del cine, porque no te lo bancás, es muy bravo -reiteró Pintos-.
Hay puntos complicados de contar que necesitan una simplificación. No quiero hacer defensa sonsa de la película, pero si nos ponemos a contar la historia de San Martín. Ya sabemos que no cruzó los Andes arriba de un caballo blanco, pero si nos ponemos a contar el entramado político que tuvo que llevar adelante San Martín, Rivadavia, el entreguismo, aquellos que le daban la espalda después de haberles dicho que sí. Siempre fue complicada la vida y me parece que en este caso también hubo ciertas complicaciones. Ni todo es blanco ni todo es negro, y por otro lado estamos hablando de un personaje del cual se sabía bastante poco, que en algunas cuestiones la película inventó un personaje que no fue.
En algún momento quedó instalado que Tanguito había dicho “no todo se compra, no todo se vende”, y en realidad Tanguito nunca dijo eso, es más, quienes lo conocieron saben que jamás podía haber dicho eso porque era un pibe muy limitado y no tiraba esas frases…
De hecho hay como un enfrentamiento en la película con Litto Nebbia por la canción “La balsa”, compuesta en el baño de La Perla, en Once.
En realidad en la película no aparece Litto Nebbia, ya partimos de un presupuesto que no es tal, lo que sí Nebbia se negó a dar “La balsa”, porque tenía el derecho de decir que sí o que no, y la película se hizo igual en base a otra canción que no pertenece a Tanguito ni a esa época, que se hizo ex profeso para la película. No tiene nada que ver con la historia y si se quiere antojadizamente puede tener que ver con el espíritu, pero tampoco muy elegante.
En realidad nunca fue ídolo de nada -aclara Pintos-. Nadie lo conocía más allá de un grupete que lo reconocía, y admiraba pro ahí. No podemos hablar de un ídolo, no convocó más de 200 personas, nunca grabó un disco.
Se conocen dos o tres simples que grabó siendo integrante de un grupo de pibes, luego grabó una cinta de demostración para un casting para un sello discográfico donde Los gatos habían publicado su primer Long play, después grabó un disco simple y no llegó a completar un Long play, y se murió.
Lo que aparece como disco de Tanguito es una serie de grabaciones cuando estaba muy afectado por la adicción a las drogas, y después hay otro disco que se publicó no hace muchos años que es aquella cinta del casting. No hay una gira, ni un concierto multitudinario, no lo hay.
Tanguito falleció a los 26 años al caer del ferrocarril San Martin, frente al hipódromo de Palermo tras fugarse del hospital siquiátrico. Y habiendo nacido en el ‘45, llegó a ver la edición de “La Balsa” en el disco del ’67 ¿El supo la masividad que tuvo su tema?
Sí, claro, también hay historias sobre lo que hizo con el dinero que cobró por la regalía de esa canción. Cuentan que se gastó toda la plata en discos, tocadiscos, una guitarra, dejó abandonado arriba de un taxi todo lo comprado. Vivía en Caseros, se mandó por los techos para entrar a su casa, y el taxista se quedó esperando que apareciera el pibe para que le pagara el viaje.
Parece indicar que la historia fue así. Me lo contó alguna gente que alguna vez tomó un taxi desde el centro hasta Caseros con Tanguito, y entraban subrepticiamente por puertas laterales dejando al taxista esperando.
¿Por qué te interesó saber de la vida de Tanguito y tratar de entenderlo?
En realidad soy parte de la generación que creció escuchando canciones de rock. Yo estaba en el Secundario cuando salió Sui Géneris, entonces me llamó la atención como periodista que no se supiera nada del coautor de la canción más famosa que había tenido hasta ese momento el rock, que era “La balsa”, de Litto Nebbia y un tipo que se daba en llamar Ramsés VII. Investigando vimos que era Tanguito, una leyenda. Nadie sabía nada en ese momento de él y reconstruir esa historia y avanzar sobre el relato de lo que fue el comienzo del rock argentino, que es una historia maravillosa -remarca Pinto-. Cómo un grupito de pibes pudo llegar a construir un camino que hoy nos encuentra. Todo lo que sabemos, Charly, Luis, Divididos, La Renga, Los Redondos, todo viene de ahí, de ese pequeño grupito. Es increíble la historia -terminó expresando con énfasis-.