SERÁ QUE SIGUE SIENDO TUYO MI VUELO

Se cumplen 39 años de un gran trauma en la vida de los argentinos, incluso para aquellos que no habíamos nacido aún.

Los medios que actualmente militan que los compatriotas busquen otro suelo donde desarrollar sus vidas, o los que creían en la década del 90´ que la apertura indiscriminada era posible dado que el capital financiero no tiene patria comparten la incomprensión del ADN argentino.

Hay algo que quienes prefieren endulzar la dominación foránea llamándola globalización combaten, y es el sentir nacional.

Los argentinos tenemos dentro de nuestros genes varias cuestiones únicas, una de ellas es la causa Malvinas.

Ni hablar quienes la vivieron, testigos del atropello noctámbulo de borracheras bélicas, pero también las generaciones venideras ya que de 1982 a la fecha todos reconocemos en Malvinas ese trauma que nos toca las fibras más íntimas.

Trauma porque por mucho tiempo fue una herida mal curada, obviamente evitar el sangrado de un corte es prioridad en un principio y decir “nunca más” cortó la hemorragia pero no sanó.

Llegaría mucho tiempo después la “Memoria, Verdad y Justicia” necesaria para abrir y limpiar la zona.

Estos lemas, frases, o políticas fueron utilizadas para hablar de la última dictadura cívico militar pero nombrar la Guerra de Malvinas separado del Proceso de Reorganización Nacional sería descontextualizar el tema.

Los militares desde 1976 hasta 1983 gobernaron, y mal. Los indicadores deplorables en materia económica son incuestionables. Cada tanto escuchamos a alguno que con o sin botas habla de los desaparecidos. Tema juzgado, pero nunca olvidado.

Los grupos que denominaban guerrilleros terminaron mucho antes que su Gobierno, y aunque en las cámaras aun hablen del tema la verdad es que cayeron por incapaces, serviles, y miedosos. No por las bombas y demás estupideces que esgrimen para justificar su penoso desempeño.

El 30 de marzo de 1982 se produjo un hito cuando el movimiento obrero organizado, convocado por la CGT Brasil, realizó una manifestación en Plaza de Mayo con la consigna Pan, Paz y Trabajo. Una brutal represión terminó con la vida de Benedito Ortiz y produjo más de mil detenidos.

El Gobierno decidió realzar el espíritu nacional convocando a una guerra con los piratas, a pedir de boca por los Ingleses.

Leopoldo Galtieri se comunicó con Ronald Reagan el 1° de abril de 1982, ante el pedido del mandatario norteamericano. Galtieri nunca supo hablar en inglés, o como tiempo más tarde le comentó al peruano Belaúnde Terry, su inglés era muy pobre. Por eso, mandó a llamar a un traductor.

Un secretario del canciller Costa Méndez llamado García Moritán ofició como traductor. En la charla, Reagan dijo “que la Primera Ministra británica era amiga suya y que Gran Bretaña era un aliado muy particular de los Estados Unidos”.

Galtieri se enfureció con García Moritán al grito de “está mintiendo, eso no lo pudo haber dicho”. Terminada la llamada hizo ingresar a un Coronel para que rebobine la grabación y reproduzca nuevamente lo que había dicho Reagan, mientras, miraba fijamente a García Moritán.

Sólo se escuchó un zumbido dado que un oficial de Inteligencia no había ligado bien a los aparatos y nada se había registrado. La escena terminó con Galtieri enfadado y ordenando al coronel a retirarse de su despacho haciendo “salto de rana”.

El negro Olmedo interpretando al dictador de Costa Pobre era un estadista… pero así se manejaron.

Participé en un libro donde entrevisté a ex combatientes y uno de los conscriptos que estuvo en el conflicto me comentó que un sólo día tuvieron en Monte Longdon la visita del Tte. General de la X Brigada Mecanizada, General Oscar Luis Jofre.

¿Qué normativa pudo dar?

En pleno conflicto, Jofre dejó un papelito diciendo que los soldados estaban sin afeitarse y se fue.

Nuevamente, el negro Olmedo interpretando al dictador de Costa Pobre era un estadista… pero así se manejaron.

74 días que duró el conflicto, más de 1200 efectivos argentinos resultaron heridos y 649 murieron en combate, y en el 2011 el Defensor del Pueblo de la Nación, Anselmo Sella, destacó que “la cantidad de soldados que fallecieron post conflicto a causa de suicidios, es de tal magnitud que puede compararse con la guerra”.

Malvinas nos sigue interpelando porque dejó de ser un día para recordar y pasó a ser un día para actuar, para hablar del tema. Porque como se dice en psicología “lo que no se dice se padece”, o como dice la enorme Negra “pueblo que canta siempre tendrá futuro”.

Pero sobre todo para que nunca más el dictador de Costa Pobre se parezca a un estadista comparado con nuestros gobernantes… así se manejaron ellos, y así queremos manejarnos nosotros.